La trazabilidad y la transparencia que aporta la tecnología Blockchain permite destacar a los productos que tienen más calidad, por delante de los demás.
“Tomate RAF a 8,90 el kilo” es lo que sabe el consumidor sobre mi producto. Este comentario me lo hizo el responsable de calidad de una cooperativa de Almería, para a continuación añadir “Nosotros, a nivel interno, hacemos controles y análisis que aportan información que avala la calidad de nuestros productos y garantizan su seguridad alimentaria. Una información que debería estar disponible para los consumidores y ahora mismo es difícil de hacérsela llegar”.
Garantizar el origen de un producto, dar visibilidad a sus cualidades, garantías de su salubridad y saludabilidad, además de facilitar información sobre los procesos de producción y manipulación a los que se han sometido, es un reto para los distintos actores de la cadena alimentaria que apuestan por un producto diferencial, para destacar frente a aquellos otros de variedades, supuestamente iguales, comercializados a precios similares, pero con cualidades y procedencias “desconocidas”.
La cadena de suministro de un producto agrícola es muy compleja, en ella los intervinientes son muchos y muy variados, cada uno con su propia sistema de información: registros basados a hojas excel, formularios de papel, software de gestión genérico o propio,etc. Todo esto permite que la cadena funcione, pero, a la vez, imposibilita que toda la información sobre el tipo de cultivo, los fertilizantes y fitosanitarios aplicados, o las pruebas y controles alimentarios y de calidad, transporte, almacenamiento etc.; se quedan en los discos duros y cajones de cada empresa. Una información que no está visible y es muy difícil de recopilar.
6 días, 18 horas y 26 minutos para tener recopilada toda la información sobre un lote de Mango.
Más de seis días y medio, es lo que tardaba Walmart en recopilar toda la información sobre cualquiera de los lotes de Mango semiprocesado que vendían en sus tiendas. Ante este escenario apostaron por implantar un piloto, basado en la solución Food Trust de IBM, para comprobar cuánto se tardaba en realizar la misma recopilación de información, utilizando la plataforma Blockchain de IBM. En sólo 2,2 segundos obtuvieron la misma información, sobre un lote de mango cortado, desde el árbol hasta el lineal de sus supermercados.
El resultado de este piloto fue tan exitoso que Walmart ha tomado la decisión de exigir a todos sus proveedores de productos alimentícios hacer uso de IBM Food Trust a partir de septiembre de 2019.
“El buen producto debe contar su historia”
En la cadena de suministro de alimentos hay intervinientes que no les interesa ser transparentes y que se sepa el origen real de su producto. Ellos prefieren seguir con el sistema actual, que implica una cierta opacidad y les permite vender productos de menor calidad en similares condiciones que aquellos otros de mayor valor añadido, “más auténticos”. Para hacer frente a este tipo de “fraudes”, el arma más potente es que el producto auténtico sea capaz de contar su historia por sí mismo.
Para ello IBM – una de las empresas líder a nivel mundial en ofrecer soluciones informáticas de última generación – pone a disposición de la industria su plataforma “Food Trust”, que hace accesible la tecnología Blockchain para todo los participantes en la cadena de suministro de alimentos – desde los productores agrícolas, sean más o menos grandes, pasando por las cooperativas y alhóndigas hasta llegar a los consumidores, a través de las medianas y grandes superficies o las tiendas de proximidad.
¿Como los productos auténticos y de calidad pueden hablar por sí mismos?
IBM Food Trust es un sistema de registro de transacciones que, aplicando la tecnología Blockchain, almacena la información de cada acción dentro del entorno agroalimentario, y que genera una firma criptográfica que certifica tanto el origen de la información como que nunca se va manipular en el tiempo. Estos registros quedan almacenados y disponibles para su consulta en modo público o privado.
Por ejemplo al implementar IBM Food Trust en los distintos estadios por los que pasan un fruto (cultivo, recolección, distribución, transporte, etc.) como puede ser un melón es suficiente añadir un código gráfico, en su etiqueta o en su envases, mediante el que cualquier consumidor, utilizando su teléfono móvil, puede obtener toda la información sobre la procedencia y forma de cultivo de dicho melón, así como consultar las pruebas, certificaciones, etc.; del lote concreto de este producto. Hacer las cosas bien para lograr un producto de calidad está muy bien, pero hay que demostrarlo, tanto al resto de integrantes de la cadena alimentaria como, especialmente, a los consumidores.
El consumidor actual exige más, no sólo quiere un producto de calidad, desea conocer en detalle de dónde vienen los alimentos, cómo se producen, de qué se componen y cómo son de sanos, o qué huella ambiental dejan. Ante estas demandas algunas grandes superficies han anunciado que van a exigir a sus proveedores tener implementadas soluciones que permitan una completa trazabilidad, certificada mediante tecnología blockchain, de todos los productos alimenticios que estén presentes en los lineales de sus tiendas. Walmart ha marcado su línea roja en septiembre de este 2019 y Carrefour ha puesto la frontera para el año 2022.
Este escenario ha provocado que productores destacados de la industria de alimentos elaborados como Nestle, Aguinaga o Unilever trabajan, a escala internacional, para impulsar proyectos de trazabilidad con blockchain en consorcio con IBM. Pero también compañías como Galpagro, en la vanguardia del olivar de alta producción y del aceite de oliva virgen extra de alta calidad, han puesto en marcha proyectos pilotos basados en la solución IBM Food Trust.
No hablamos de futuro, hablamos de presente. La tecnología está disponible y es accesible para cualquier productor y comercializador de alimentos.